Operación biquini, otra epidemia

Este año coinciden en el tiempo dos acontecimientos: la salida del confinamiento y el comienzo de la llamada operación biquini.

El primero de ellos es extraordinario y el segundo demasiado habitual. La campaña publicitaria de acoso al cuerpo real de la mujer se produce con cruel puntualidad en estos meses y en el año 2020, probablemente la etapa en que más hemos hablado y pensado acerca de la salud de todos, no podía ser diferente.


Si queremos cuidar nuestra salud psicológica y física en este período es importante tomar conciencia de que esta campaña va a utilizar todos sus recursos y argucias para generar y/o agravar el descontento con nuestros cuerpos. Esta insatisfacción tan fácil de estimular en las mujeres produce muchos beneficios a determinada industria y unos costes en salud física y mental muy difíciles de medir.

Las dietas de adelgazamiento tienen su razón de ser en el tratamiento de problemas de salud como el sobrepeso o la obesidad. Mientras que practicadas por personas con un Índice de Masa Corporal (IMC) saludable, entrañan riesgos.

¿Cuáles son los peligros de las dietas de adelgazamiento que persiguen objetivos estéticos?

  • En el caso de que no estés por encima de un peso normal y te sometas a una dieta de estas características podría ocurrir que sufrieras malestar digestivo, trastornos hormonales, desmineralización ósea, falta de la menstruación, cambios en el sistema inmune, alteración del ritmo cardíaco etc. En el plano psicológico te expones a experimentar: ansiedad, bajo estado de ánimo, irritabilidad, obsesión, reducción de autoestima, deterioro de relaciones sociales … y lo peor es que probablemente sientas que todo esto sucede por tu culpa.
  • La pérdida de peso -en el caso de que la alcances- será temporal, y estará sujeta al tiempo que dure la restricción alimentaria; convirtiéndote de esta manera en prisionera de normas alimentarias rígidas y muchas veces insanas si quieres mantener la bajada de peso.
  • En el momento en que tu cuerpo comience a reaccionar ante el déficit calórico continuado, ralentizará el metabolismo. Este es uno de los motivos por los que muchas personas que partían de un IMC adecuado terminan una dieta de restricción calórica recuperando no solamente el peso perdido, también algún kilo más.
  • La privación alimentaria continuada genera confusión respecto a las señales biológicas de hambre y saciedad, de modo que a veces se alternan episodios de desasosiego y deseo de comer con otros de aversión hacia algunos alimentos o sensación de haber comido excesivamente.

Es necesario recordar que las dietas de adelgazamiento están en el origen de al menos el 90% de los trastornos de la conducta alimentaria.

¿Cómo podemos las mujeres defendernos de la Operación Biquini?

  • En primer lugar, y como hacemos en estos tiempos de pandemia, prestemos atención a la Ciencia, que nos dice que en el tamaño de nuestros segmentos corporales inciden variables de orden genético, como sucede con el tono de la piel, las facciones o el color de nuestros ojos. Eso no impide que ciertos hábitos o situaciones puedan dar lugar a cambios, pero en términos generales y desde la perspectiva de la salud física y psíquica nuestro peso biológico es el que es, y puede oscilar de manera natural en un rango de más o menos dos kilos arriba o abajo.
  • Intentemos mantener unos hábitos de vida saludables (alimentación equilibrada, evitar sedentarismo, practicar ejercicio de intensidad moderada regularmente, respetar horas de sueño …) que nos ayudarán a sentirnos bien tanto física como psicológicamente. El peso ideal es el resultado de cuidarnos de verdad y no tiene ninguna relación con las imágenes que nos propone la industria de la moda.
  • Aceptemos la apariencia de nuestros cuerpos de igual manera que aceptamos y respetamos los cuerpos de las personas a las que queremos.

Este artículo se publicó originalmente en el Blog de la Dra. Carmen Ponce de León, de Trastornos de la Alimentación de Hospital U. Quirónsalud Madrid