Diagnóstico Psiquiátrico

La información relevante que permite identificar los síntomas propios de los trastornos mentales debe ser aportada por el sujeto que los experimenta o por alguna persona muy allegada. Al tratarse de experiencias subjetivas referidas tanto a la intimidad como al vivir cotidiano, requieren de un ambiente humano, tranquilo y confidencial para ser expresadas. El mejor procedimiento para realizar un diagnóstico es la conversación entre dos personas (médico y paciente) que van desarrollando confianza mutua durante el proceso de comunicación. Algunos adultos – y también adolescentes o jóvenes – se sienten cohibidos ante la idea de acudir a un profesional de la psiquiatría, por eso puede ser útil el plasmar por escrito las observaciones, dudas o temores que se suscitan cuando uno se está planteando consultar sobre sí mismo o sobre un ser querido. En Zeine, el oficio del especialista durante la entrevista consiste en que el paciente pueda describir sus vivencias, exponer sus recelos o preocupaciones y recibir información clara acerca de las características de su estado, de la evolución esperable, de las posibles alternativas terapéuticas, de la conveniencia de realizar análisis o pruebas complementarias, de recibir psicoterapia o de recurrir a otros remedios médicos o sociales.

Farmacoterapia

El objetivo de la medicación psiquiátrica es aliviar el sufrimiento y reducir la limitación que se derivan de los padecimientos mentales. Cuando existe un tratamiento en curso – hecho muy frecuente en nuestro país, ya que los médicos de familia atienden a una gran parte de las personas con problemas psíquicos -, el psiquiatra debe analizar con el paciente los posibles efectos adversos de la medicación, las alternativas psicoterapéuticas o farmacológicas, así como el riesgo real que comporta el no tratarse. La enfermedad ha de considerarse una experiencia médica, personal y social y el tratamiento psiquiátrico debe dar lugar a un aumento del bienestar físico y de la salud psíquica.

Coordinación con Psicólogos y otros profesionales

El tratamiento farmacológico combinado con terapia psicológica potencia los efectos de ambos procedimientos y permite que el paciente se beneficie en breve de una mejor adaptación psicosocial. El malestar emocional, cuando es persistente o intenso, reduce la eficacia de las psicoterapias. Existe en la actualidad la certeza de que una intervención precoz en los trastornos mentales y del comportamiento, puede mejorar de manera sustancial su evolución a medio y largo plazo. Los problemas psíquicos se traducen con frecuencia en alteraciones en el desarrollo, el aprendizaje social y la autonomía personal. En otras ocasiones, los acontecimientos vitales adversos pueden dar lugar a estados de déficit que tienden a la cronicidad si no se resuelven mediante un tratamiento intensivo.