Podemos leer estos comentarios en sus escritos y también en los debates clínicos, recogidos con esmero por sus discípulos.
Ahora bien, a ninguno de los dos le faltaba experiencia, intuición o empatía. Ambos practicaban el método científico, poseían inteligencias lúcidas, y eran investigadores tan rigurosos como creativos: en efecto, no podemos decir alegremente que Kraepelin o Freud se equivocaron. Sus tesis conservan interés y vigencia un siglo después. ¿Por qué?
Destacamos dos motivos.
- En primer lugar, porque más de la mitad de los pacientes de anorexia nerviosa sufren también depresión; y la proporción aumenta si nos referimos a la bulimia nerviosa.
- En segundo lugar, porque los tratamientos antidepresivos no son suficientes, pero sí muy a menudo necesarios, para recuperarse de anorexia y bulimia rerviosas.