En primer lugar, como siempre que pretendemos una PSICOEDUCACIÓN, debemos describir el escenario fundamental desde el que luego se generalizará lo aprendido. En este caso el escenario es la mesa. La mesa concebida como lugar para compartir descanso y satisfacción.
- Ambiente en la mesa
- Fomentar las comidas familiares.
- Favorecer que la ingesta se realice siempre en el lugar destinado a ello.
- Procurar un ambiente relajado, de conversación y de disfrute a la hora de comer.
- Desalentar la tendencia a comer en soledad.
- Educar en maneras en la mesa (uso de cubiertos, respeto a los demás comensales, postura, etc).
- Evitar tratar conflictos a la hora de comer («ahora estamos comiendo…ya lo hablaremos en otro momento»)
- Dieta
- Procurar, en lo posible, una dieta variada e igual para todos los miembros de la familia.
- Evitar el hábito de tomar bebidas con sabores. El mejor líquido es el agua. Los zumos son un alimento.
- Establecer horarios y orden en las comidas, permitiendo cierta flexibilidad ocasional.
- No calificar las comidas de forma absoluta (buenas vs malas; basura vs sanas, etc.)
- No utilizar la comida como premio o amenaza.
- Es tan nocivo prohibir los dulces como mantener una permanente disponibilidad de los mismos.
- La idea de que hay que practicar la fuerza de voluntad para evitar comer excesivamente, es errónea y puede favorecer una percepción alterada de la alimentación.
- A no ser que lo haya prescrito un médico, no debe limitarse el aporte calórico de niños y adolescentes.