Ante la pandemia Covid-19 -uno entre los muchos desastres anónimos y desconocidos a los que se ha enfrentado nuestra especie desde la prehistoria-, los seres humanos tenemos que responder de manera creativa, alumbrando ideas propias que contribuyan a inventar soluciones nuevas.
No basta con dirigir la esperanza hacia el trabajo de los científicos. La inspiración que necesitamos no ha de materializarse sólo en la Ciencia porque, además de vacunas y tratamientos médicos nos hacen falta nuevas formas -más nuestras y verdaderas- de enfocar la vida, de sentir la realidad y pensar el futuro.
Algunos investigadores creen que las pinturas rupestres surgieron en época de confinamiento, quizá durante una glaciación o en un tiempo en que fue necesario recluirse en cuevas profundas para defenderse. El Arte habría nacido como una forma de trascender la soledad, de evocar la naturaleza y olvidar el miedo.